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25 mayo 2025

19º ANIVERSARIO del Servicio de Información sobre Sensibilidad Química Múltiple y Salud Ambiental (2006-2025): un sitio con propósito, pionero en su género (pros y contras)




Increíble: ¡casi 20 años de mi vida aquí! Miro atrás, y, francamente, me pregunto cómo ha sido posible por mi parte, con el escenario y límites de salud que tengo, tanto tiempo persistiendo en una idea, durante cada segundo, desde que cree este espacio (tras lo cual, además, le fui añadiendo colaboradores profesionales; participaciones en eventos y medios; foros; redes sociales…

Por otro lado, ¿cómo ha pasado tanto tiempo tan rápido?

Los que conocéis mi trayectoria, ya sabéis que abrí este espacio un 21 de mayo de 2006, porque, como enferma de sensibilidad química múltiple (entre otras dolencias crónicas limitantes), había detectado que carecíamos de todo, en lo referente a esta enfermedad: de información; de respaldo sanitario-legal (como pacientes, afectados y con una discapacidad derivada de ello); de organismos dedicados a este problema; de comprensión social; de oficialidad por parte de la OMS y de los sistemas sanitarios de todos los países (salvo Alemania y Austria, por entonces); de profesionales de todo tipo (excepto unos pocos, con foco en Cataluña); de conocimiento de los afectados de que lo que les pasaba era un conjunto de síntomas de una enfermedad que tenía un nombre y sufrían muchas más personas; ...

Casi 20 años después, aquí sigo, a pesar de mi salud y circunstancias, y de que la suma de años va pesando. Para mí, es un honor y una responsabilidad seguir con este espacio pionero en sensibilidad química múltiple (SQM) y sus temas relacionados (tóxicos ambientales, comorbilidades…). Da vértigo pensar que nació en una época en que no había redes sociales, ni apenas smartphones para poder comunicarse y compartir información con mayor facilidad.

Y, aun así, desde su mismo inicio consiguió dar la vuelta a la situación de esta enfermedad y sus pacientes, para que avanzara. Por ejemplo, sirvió para conectar a los enfermos entre ellos, y que se sintieran comprendidos y tomaran conciencia como colectivo; para motivar a la sociedad para que se interesara por la SQM; y para que los enfermos, profesionales y medios tuvieran información rigurosa al respecto (teórica y práctica) para su conocimiento y divulgación (bajo la premisa de que saber es poder).

Para mí, no obstante, este tiempo no siempre ha sido un camino satisfactorio, por lo que, quienes puedan creer que hago esto por sentirme útil, halagada, o algo similar, no me conoce. Simplemente, me apasiona ayudar; y soy una luchadora nata, sobre todo, ante cualquier situación de injusticia, sea la que sea, aunque me enerven más las ajenas que las propias personales, bien es cierto (seguramente por mi carácter estoico, que decía mi amigo, ya fallecido, Ramón María Aller -funcionario del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte durante mi beca con ellos en 2002-, que me caracteriza). Lo injusto me puede soliviantar lo suficiente como para provocarme subidas de adrenalina que me permitan hacer algunas cosas, en ocasiones, alguna vez (mientras siguen pendientes asuntos personales que se me van acumulando en el día a día), hasta que el sobreesfuerzo y la bajada de adrenalina me provoque una nueva recaída, o volver a quedar inoperativa.

No todo el mundo se da cuenta de esto, y, además, aun así, siempre habrá a quien no le sea suficiente que una persona limitada de salud le ofrezca sus conocimientos, tiempo y energías, durante años, de forma gratuita; o, lo use en beneficio propio y sin citarme como profesional que está realmente detrás de la idea, trabajo, empresa, o profesional que usan y di a todos con mucho esfuerzo. Con ello, me quitan el pan de la boca, literalmente (el espacio tiene un apartado que acepta donativos, así que, quien no entra al SISS, no puede verlo). No vale lo de “hazlo por satisfacción propia”: no como del aire, ni tengo la vida resuelta, y cada uno pone sus condiciones hacia su trabajo. ¿No les basta a algunos con que sea gratis y de difusión pública?

Referido a este último año, mencionaré el caso más relevante, porque es importante denunciar las injusticias en cualquier área:

Un gran hospital, de relevancia internacional máxima, me contactó para pedirme permiso para usar información de mi espacio. Yo, se lo di, bajo la única y simple condición de que no alteraran mi trabajo (donde aparecía mi autoría). Hay que decir que, entre profesionales, esto es algo que no hace falta pedir porque se da por hecho. Sin embargo, dadas otras experiencias pasadas similares que había tenido, lo puse por escrito por precaución).

Bueno, pues, tras un tiempo sin noticias suyas, el 27 de mayo de 2024 me escribieron. Ahí supe que había optado por copiarme lo que me habían pedido y hacerlo pasar por suyo; y, para colmo, me pedían que trabajara para ellos en negro y gratis aportándoles información para presentar ellos a un congreso europeo, como si fuera suya.

Es decir, gente con una trayectoria profesional, con salud y energías suficientes para hacer una vida normal, con un buen sueldo (no trabajan gratis), que hacen las cosas en equipo (por lo que se reparten el esfuerzo), y que les pagan por hacer lo que hacen, pidiéndole a una persona con una salud pésima que no la deja ni hacer las funciones básicas de la vida diaria, que tiene crisis de salud recurrentes, que se encuentra obligada a vivir encerrada en una jaula de Faraday de 3x2 metros desde hace más de 5 años debido a su electrosensibilidad (EHS), que apenas tiene ingresos, que se encuentra bajo asistencia social… que les haga el trabajo a ellos, empleando su tiempo y pocas energías, y sin contraprestación alguna.

Este no ha sido el único caso en estos casi 19 años. Ha habido otros con una actitud similar: desde organismos (públicos y privados), a hospitales, un sindicato estatal muy conocido… Y, claro, como no siempre tenían claro de qué estaban hablando, para evitar preguntarme sus dudas y darme mi lugar como autora, acababan metiendo gazapos. Como uno enorme que apareció en un documento oficial del sistema sanitario de una reputada comunidad autónoma, hace años, que se hizo eco de un bulo que circulaba por entonces en Internet, e incluso entre el colectivo de enfermos de SQM, procedente de fuentes malintencionadas).

Eso sí, cuando la salud me lo permitió, advertí a la persona, profesional, o entidad, que denunciaría públicamente la situación, si no rectificaba, y lo hizo, aunque fuera a regañadientes.

En fin, tras contaros estos chascarrillos, deciros que, este 22 de mayo empezó mi andadura de los 20 años de existencia con el SISS. ¡Esperemos que pueda llegar a cumplirlos! Por mi parte, dada mi actitud ante la vida, y habiendo llegado a estar aquí tanto tiempo, me temo que soy de las que moriré con las botas puestas. Es decir, seguiré haciendo lo que vaya pudiendo (adaptándome a mis circunstancias de salud y de vida, en lo posible, como he venido haciendo), hasta que el cuerpo, o el contexto ambiental y económico en que vivo, me lo impidan del todo.


¿Ves interesante la labor de este espacio pionero
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15 mayo 2025

“El fenómeno de los productos perfumados”: contaminación de ambientes interiores y exteriores, problemas de salud, discapacidad... Anne Steinemann. Revista Air Quality, Atmosphere & Health, 2021 (trad.: María José Moya. SISS)



Hoy me hago eco de un importante estudio de Anne Steinemann, reconocida investigadora interdisciplinaria y experta internacional en exposición a contaminantes y sus efectos sobre la salud, que ha publicado más de 100 artículos revisados por pares en revistas líderes de ingeniería, ciencias, políticas, y salud pública.

Se trata de una investigación exhaustiva de gran alcance sobre los productos perfumados. que aborda diversos problemas. Y sus resultados y conclusiones no pierden vigencia por diversos motivos: ofrecen una panorámica internacional; tratan cuestiones que son una constante en el tiempo; y, a pesar de que los productos con perfume son un grave problema que con el tiempo está yendo a peor en el planeta, se sigue sin destinar fondos, políticas, e investigaciones suficientes y de calado a ello.

Los temas centrales que trata el trabajo son: emisiones (en ambientes interiores y exteriores); exposiciones; efectos en la salud; consecuencias (sociales, laborales, investigativos, de discapacidad…); ingredientes; análisis químicos; comparativas entre diferentes tipos de productos; y alternativas.

Las cuestiones relevantes que constata son: 1) Las normativas no exigen que los ingredientes de los productos perfumados se divulguen de forma expresa y completa (ni en las etiquetas, ni en las fichas de datos de seguridad, ni en ningún otro lugar); 2) Los ambientes interiores, y las emisiones de productos perfumados, están, esencialmente, sin regular; y 3) Se ha demostrado que las emisiones de productos perfumados son una fuente importante de contaminantes del aire y de exposición.

En consecuencia: 1) Una fuente importante de contaminantes del aire y de exposición están, en gran parte, sin regular; 2) Las emisiones e ingredientes de los productos perfumados son, en gran medida, desconocidos; y, 3) “El público, los profesionales y las agencias carecen de información para comprender los vínculos entre emisiones, exposiciones y efectos sobre la calidad del aire y la salud”, a pesar de que -como muestra y detalla la autora-, las exposiciones se han asociado con una variedad de problemas de salud en casi un tercio de la población general de los cuatro países donde Steinemann ha realizado los grandes estudios poblacionales que desgrana aquí.

En la traducción que he realizado del trabajo, he omitido los párrafos que se centran en dar cifras muy detalladas. Lo he hecho así por dos cuestiones: para evitar desviar la atención de los temas centrales, y para no extenderme en demasía. En cualquier caso, el artículo lo he traducido casi por completo; lo omitido aparece claramente señalizado; y, quien lo desee, puede acceder al texto completo (en inglés) en la web de Springer Nature (la editorial académica que lo tiene publicado en Internet desde el 19 de septiembre de 2020), o en la revista Air Quality, Atmosphere & Health (que lo publicó en febrero de 2021).

María José Moya Villén
Servicio de Información sobre Sensibilidad Química y Salud Ambiental (SISS)
Bibliotecaria-documentalista
Afectada de SQM, EHS, EM/SFC y FM graves, etc.


EL FENÓMENO DE LOS PRODUCTOS PERFUMADOS: CALIDAD DEL AIRE Y SALUD, CIENCIA Y POLÍTICA

(título original: The fragranced products phenomenon: air quality and health, science and policy)

Ana Steinemann
[Traducción del inglés: María José Moya Villén]

"RESUMEN

Las fragancias se utilizan en productos de consumo de todo el mundo. Sin embargo, se han asociado con efectos adversos en la calidad del aire de los espacios interiores y exteriores, y en la salud humana. Surgen cuestiones como las siguientes: ¿Por qué las fragancias en los productos generan problemas? ¿Cuáles son sus fuentes de emisión y exposición? ¿Cuáles son sus efectos en la salud y la sociedad? ¿Cuáles son las posibles soluciones? Este artículo examina el problema de los productos de consumo perfumados y sus dimensiones científicas y políticas, centrándose en las implicaciones que tiene para la calidad del aire y la salud humana. […]


INTRODUCCIÓN

Las fragancias se han utilizado durante miles de años con la intención de crear un ambiente más agradable estéticamente, y productos de consumo más populares. Sin embargo, en los últimos años” -dice la autora del estudio-, “lo que resulta desconcertante es por qué productos diseñados para ser positivos pueden estar creando efectos no deseados.

[…] Una fuente primaria de contaminantes del aire interior son los productos de consumo perfumados, como los ambientadores y los productos de limpieza. Además, los productos de consumo perfumados contribuyen a los contaminantes del aire exterior”.

La investigadora indica que, la exposición a ellos “se ha asociado con una variedad de problemas de salud, como dificultades respiratorias y dolores de cabeza, en casi un tercio de la población general de cuatro países que representan a tres continentes.

[…] Algunas definiciones:
  • Una «fragancia» [fragrance] es un aroma y, a pesar de su nombre singular, es una formulación de docenas de sustancias químicas, tal como los compuestos orgánicos volátiles (COV). Se han documentado casi 4.000 ingredientes para su uso en la composición de una fragancia (IFRA 2020b). Por lo general, una fragancia está destinada a «proporcionar un aroma, a enmascarar un olor, o a ambas cosas» (Steinemann 2019a).

  • Un «producto de consumo perfumado» [fragranced consumer product] (o «producto perfumado», para abreviar) es un producto que «contiene una fragancia añadida, o que se compone en gran parte de fragancia» (Steinemann, 2019a). Los productos perfumados abarcan cientos de artículos de uso diario, como por ejemplo ambientadores, desodorantes, productos de limpieza, detergentes para la ropa, suavizantes, aceites esenciales, velas, jabones, productos de cuidado personal, colonias y desinfectantes de manos.

  • Aquí se distingue entre un producto cosmético denominado fragancia (como es un perfume o colonia) y una mezcla química denominada fragancia que se añade a un producto. Este artículo se centra en esto último, aunque una fragancia (perfume, colonia) es uno de los cientos de tipos de productos de consumo perfumados.

  • La «sensibilidad a las fragancias» es un problema de salud caracterizado por uno o más tipos de efectos adversos para la salud derivados de la exposición a uno o más tipos de productos de consumo perfumados (Steinemann 2019b).

ESTUDIOS INTERNACIONALES DE PRODUCTOS DE CONSUMO PERFUMADOS: EMISIONES, EXPOSICIONES Y EFECTOS

En cuatro países -Estados Unidos (EE. UU.), Australia (AU), Reino Unido (RU) y Suecia (SU)- se llevaron a cabo estudios poblacionales representativos a nivel nacional para investigar las emisiones, exposiciones y efectos de los productos perfumados. Los estudios utilizaron encuestas transversales de adultos de edades comprendidas entre 18-65 años […]. Las poblaciones de muestra […] fueron representativas de la población general en cuanto a edad, género y región” y “las encuestas se basaron en grandes paneles de control de alojamiento web (con más de 5.000.000; 200.000; 900.000; 60.000 participantes, respectivamente).

Además de a la población general, la encuesta también investigó los efectos en subpoblaciones vulnerables, como las personas asmáticas y las personas autistas.

Las encuestas se realizaron en junio de 2016 (EE. UU., Australia, Reino Unido) y junio de 2017 (Suecia). Las tasas de respuesta fueron del 94 %, 93 %, 97 % y 92 % (respectivamente), y todas las respuestas fueron anónimas. […]

[…]

A continuación, se presentan los resultados […].


GENERALIZACIÓN DEL USO Y EXPOSICIÓN A LOS PRODUCTOS

Los productos de consumo perfumados se utilizan en todo el mundo. La exposición es cotidiana, tanto directa como indirecta, voluntaria e involuntaria.

En los cuatro países, el 99,1 % de la población está expuesta a productos perfumados, al menos una vez a la semana, ya sea por uso propio (98,3 %), uso de otros (90,6 %), o cualquiera de ellos o ambos (99,1 %). […]: ambientadores y desodorantes, 74,7%; productos de cuidado personal, 93,2%; productos de limpieza, 86,2%; productos para lavar la ropa, 87,1%; productos para el hogar, 79,1%; fragancias, 82,8%; y otros productos, 3,7%.

El problema de la exposición generalizada (90,6 %) a los productos usados por otros da lugar al problema de los "olores de segunda mano": esto es, la exposición indirecta o involuntaria a los productos perfumados (Steinemann, 2019a). Las consecuencias de los olores de segunda mano suponen, por ejemplo, acceso restringido a la sociedad, riesgos para la salud, pérdida de días de trabajo y de empleos, y efectos negativos en la vida diaria y en las condiciones de vida.


PREVALENCIA DE LA SENSIBILIDAD A LAS FRAGANCIAS

Entre la población general, en los cuatro países, el 32,2% de los adultos de media (34,7 %, 33,0 %, 27,8 %, 33,1 %) informan de sensibilidad a las fragancias, es decir, de efectos adversos en la salud por la exposición a productos de consumo perfumados.

Entre las subpoblaciones vulnerables, la prevalencia de la sensibilidad a las fragancias es mayor. Por ejemplo, el 57,8 % de las personas asmáticas y el 75,8 % de las personas autistas reportan efectos adversos derivados de los productos perfumados.


EXPOSICIONES A LOS PRODUCTOS PERFUMADOS

Las exposiciones a los productos perfumados […] incluyen, pero no se limitan, a los siguientes”: “ambientadores y desodorantes”, “productos para el lavado de la ropa perfumados procedentes de la ventilación de una secadora”, “otros tipos de productos de consumo perfumados”, “estar en una habitación después de que se haya limpiado con productos perfumados”, y “estar cerca de alguien que usa un producto perfumado”.

Las subpoblaciones vulnerables presentan una mayor frecuencia de reportes de problemas de salud que la población general, en todos los contextos de exposición. Por ejemplo, cuando se exponen a ambientadores o desodorantes, el 36,7 % de las personas asmáticas y el 62,9 % de las personas autistas informan de problemas de salud, en comparación con el 17,4 % de la población general.

Cada uno de estos contextos de exposición representa una exposición potencialmente involuntaria, y que puede suponer riesgos para la salud de una persona y para su capacidad de tener acceso y oportunidades en la sociedad. Además, todos los tipos de productos perfumados y contextos de exposición estudiados se asociaron con efectos adversos para la salud.


PROBLEMAS DE SALUD

En la población [...] de los cuatro países, […] los tipos de efectos adversos en la salud asociados con la exposición a productos perfumados incluyen los siguientes: problemas respiratorios […] dolores de cabeza migrañosos […]; problemas cutáneos […]; ataques de asma […]; problemas neurológicos […]; problemas cognitivos […]; problemas gastrointestinales […]; problemas cardiovasculares […]; problemas del sistema inmunológico […]; problemas musculoesqueléticos […]; y otros […].

[…] En la población general y en cada una de las subpoblaciones vulnerables, los efectos adversos para la salud notificados con mayor frecuencia son los problemas respiratorios, los síntomas en las mucosas, las migrañas, los problemas cutáneos y los ataques de asma.

Para cada tipo de problema de salud, las frecuencias son más altas para las subpoblaciones vulnerables. […]


EFECTOS DESHABILITANTES EN LA SALUD

Los efectos sobre la salud derivados de la exposición a productos perfumados pueden ser tan graves como para ser considerados discapacitantes, según los criterios legislativos de discapacidad de cada país.

En los cuatro países, el 9,5 % de la población general […].

En las personas vulnerables, los porcentajes de efectos discapacitantes son mayores. Para el 24,1 % de las personas asmáticas […] y el 72,8 % de las personas autistas […], los problemas de salud derivados de los productos perfumados pueden ser potencialmente discapacitantes.


PÉRDIDA DE DÍAS DE TRABAJO Y PÉRDIDA DE EMPLEOS

En la población general de los cuatro países, el 9,0 % de los adultos perdió días de trabajo o un empleo, en el año anterior, debido a enfermedad por la exposición a productos perfumados en el lugar de trabajo […]. En el caso de las personas vulnerables, los porcentajes fueron mayores: el 20,6 % de las personas asmáticas y el 59,4 % de las personas autistas […] (Steinemann, 2019b).

[…]


PÉRDIDA DE ACCESO A LA SOCIEDAD

Las exposiciones a los productos perfumados, o la posibilidad de que se produzcan, están asociadas a la pérdida de acceso a la sociedad”. Hay personas que, por ejemplo, “no pueden o son reacios a utilizar los baños de un lugar público, debido a la presencia de un ambientador, desodorizante o producto perfumado”; “no pueden o son reacios a lavarse las manos con jabón en un lugar público, porque el jabón está perfumado”; “informan que si entran en un comercio y huele a ambientador o a algún producto perfumado, quieren irse de allí lo más rápido posible”; y “se les ha impedido ir a algún lugar porque estarían expuestas a un producto perfumado que las haría enfermar.

[…]

En todos los tipos de exposición, los porcentajes de individuos afectados negativamente son mayores en las subpoblaciones vulnerables. Las implicaciones prácticas de los resultados son contundentes. Por ejemplo, a más de una cuarta parte de las personas asmáticas y a la mitad de las personas autistas se les impide usar los baños públicos que tienen ambientadores. […]


LAS EMISIONES DE LOS PRODUCTOS COMO CONTAMINANTES ATMOSFÉRICOS

[…] En los estudios sobre ambientes interiores realizados en todo el mundo, los productos químicos perfumados (como el limoneno) se encuentran entre los contaminantes más frecuentes y de concentraciones más altas, constantemente (p. ej., Goodman et al. 2017; Jia et al. 2008; Wang et al. 2017). Además de ser una fuente primaria de contaminantes en interiores, los productos perfumados contribuyen de forma importante a la contaminación del aire exterior (p. ej., McDonald et al. 2018). […].


LOS INGREDIENTES DE LOS PRODUCTOS Y SU DECLARACIÓN

En ningún país se exige que los ingredientes de los productos de consumo perfumados se declaren de forma expresa y completa (Lunny et al., 2017; Steinemann, 2015, 2009; Steinemann et al., 2011).

Los principales componentes de las normativas son los siguientes:
  • Ninguna ley de ningún país exige la declaración completa de todos los ingredientes de una mezcla química denominada «fragancia», ni en la etiqueta del producto, ni en la ficha de datos de seguridad, ni en ningún otro lugar. En su lugar, un producto puede poner el término general de «fragancia» (u otro legalmente aprobado, como «perfume» o «parfum») en lugar de enumerar todos los ingredientes individuales de esa fragancia.

  • Ninguna ley exige que los productos de consumo (es decir, los que no son alimentos, medicamentos y cosméticos) declaren todos sus ingredientes en la etiqueta, ficha de datos de seguridad, o cualquier otro lugar. Además, estos productos ni siquiera están obligados a indicar el término general de «fragancia».

  • En el caso de las demás clases de productos de consumo (es decir, los alimentos, los medicamentos y los cosméticos), mientras que es necesario enumerar todos los ingredientes en la etiqueta (aunque no en la ficha de datos de seguridad), se puede utilizar el término general de «fragancia» en lugar de los ingredientes específicos.
Así, y paradójicamente, una fuente primaria de exposición a contaminantes (los productos de consumo perfumados) está exenta de la declaración completa de los ingredientes […]. En consecuencia, el público, los profesionales y las agencias carecen de información para comprender los vínculos entre emisiones, exposiciones y efectos sobre la calidad del aire y la salud.


LAS EMISIONES VOLÁTILES DE LOS PRODUCTOS DE CONSUMO PERFUMADOS

[…]. Un conjunto de estudios analizó los compuestos orgánicos volátiles (COV) emitidos por productos de consumo comunes, tanto en sus versiones con fragancia y sin fragancia, como ecológicas y convencionales (Steinemann 2015; Nematollahi et al. 2018a, b, 2019; Steinemann et al. 2020). Los productos se seleccionaron aleatoriamente de tiendas de EE. UU. y Australia, aunque productos iguales o similares se encuentran también disponibles a nivel internacional.

Las definiciones de los productos para estos estudios son las siguientes:

Se consideran «productos perfumados» [‘fragranced products’] los que contienen «fragrance», «parfum», «perfume», «aceites esenciales», o un «aroma aromático» (incluso si no se indica). Se consideran «productos sin fragancia» aquellos con mención de «fragrance-free» o «sin fragancia» (aclaración: los productos «sin olor» [‘unscented’] no se incluyen en esta categoría porque en realidad pueden contener una fragancia para ocultar el aroma).

Se consideran «productos ecológicos» aquellos con mención de «ecológicos» o un término relacionado, como «orgánico», «natural», «sin petroquímicos», «certificado ecológico», «certificado orgánico», o «aceites esenciales» para todo el producto o ingredientes específicos. Los «productos convencionales» son los productos que no pertenecen a la categoría de «ecológicos».

[…]

A continuación, se presentan los principales resultados de cinco estudios (Steinemann 2015; Nematollahi et al. 2019, 2018a, b; Steinemann et al. 2020, por este orden).”
  • Estudio sobre 37 productos de consumo comunes, entre ambientadores, productos para lavar la ropa, artículos de limpieza, y productos de cuidado personal. Detectó 559 COV, de los cuales “todos los productos emitieron COV potencialmente peligrosos”.

  • Estudio sobre 134 productos de consumo comunes, entre ambientadores, productos para lavar la ropa, artículos de limpieza, productos de cuidado personal, y protectores solares”. Detectó 1.538 COV, de los cuales “casi todos los productos (99 %) emitieron COV potencialmente peligrosos”.

  • Estudio sobre 42 productos perfumados para bebés, entre champús, lociones, espráis para el cabello, y perfumes. Detectó 684 COV, de los cuales 207 eran potencialmente peligrosos.

  • Estudio sobre 24 aceites esenciales comerciales. Detectó 589 COV; de los cuales 124 eran potencialmente peligrosos, con emisiones sin “diferencias significativas” entre aceites esenciales naturales y aceites esenciales convencionales. A ello sumar que las etiquetas no indicaban la presencia de ingredientes.

  • Estudio sobre 12 ambientadores para automóviles. Detectó 546 COV, de los cuales 30 eran potencialmente peligrosos.
"LOS COV MÁS PREVALENTES

En el total de los cinco estudios, los 249 productos analizados emitieron en conjunto 3.916 COV.

Los compuestos con mayor prevalencia en los productos perfumados fueron los terpenos (limoneno, alfa-pineno, beta-pineno), que no se encontraron en los productos sin fragancias.

El compuesto más frecuente en los productos sin fragancias fue el etanol, que también fue un compuesto común en los productos con fragancias.

LOS COV POTENCIALMENTE PELIGROSOS

En los estudios, los 249 productos emitieron en conjunto 1.108 COV potencialmente peligrosos, lo que representa el 28 % de la incidencia total de COV.

Casi todos los productos (el 99 %) emitieron COV potencialmente peligrosos.

Los COV potencialmente peligrosos más frecuentes fueron el limoneno (en el 67 % de los productos), el etanol (en el 53 %) y el acetaldehído (en el 44 %).

COMPARACIÓN ENTRE COV EMITIDOS E INGREDIENTES ENUMERADOS

En los estudios, de media, menos del 4 % de todos los COV, y menos del 5 % de los COV potencialmente peligrosos, fueron declarados en la etiqueta del producto, la ficha de datos de seguridad, o cualquier otro lugar.

COMPARACIÓN ENTRE PRODUCTOS ECOLÓGICOS CON FRAGANCIAS Y PRODUCTOS CONVENCIONALES CON FRAGANCIAS

Además, en los estudios no se encontraron diferencias significativas en las emisiones de los COV potencialmente peligrosos más frecuentes entre productos ecológicos con fragancias (orgánicos, naturales) y productos convencionales con fragancias.

COMPARACIÓN ENTRE PRODUCTOS CON FRAGANCIAS Y SIN FRAGANCIAS

En todos los estudios, al comparar las emisiones de las versiones con y sin fragancias de los mismos tipos de productos, la principal diferencia química radica en la presencia de terpenos (como el limoneno, el beta-pineno y el alfa-pineno) en todos los productos con fragancias, y la ausencia de terpenos en todos los productos sin fragancias. […].


LOS TERPENOS Y LOS PRODUCTOS REACTIVOS

Los terpenos fueron los COV emitidos por los productos perfumados con mayor frecuencia y de manera más constante. Como se señaló anteriormente, estaban presentes en todos los productos perfumados analizados, pero ausentes de todos los productos sin fragancias analizados.

Los terpenos característicos de los productos de consumo perfumados se encuentran entre los contaminantes de interiores más abundantes y ellos contribuyen a los contaminantes exteriores (Steinemann et al. 2013; Steinemann 2015).

Además de ser emisiones primarias, los terpenos reaccionan con otras sustancias químicas para generar una gama de contaminantes secundarios y potencialmente peligrosos. Por ejemplo, en interiores los terpenos reaccionan con el ozono para generar contaminantes como el formaldehído y partículas ultrafinas (Nazaroff y Weschler 2004). Y al aire libre los terpenos reaccionan con los óxidos de nitrógeno para generar ozono y aerosoles orgánicos secundarios (McDonald et al. 2018).

[…]

El artículo se centrará ahora en enfoques prometedores para reducir las emisiones, las exposiciones y los efectos.


LOS PRODUCTOS SIN FRAGANCIAS

Los productos sin fragancias pueden ofrecer una funcionalidad similar, pero sin los problemas potenciales asociados a los productos perfumados. Por ejemplo, un producto de limpieza o de desinfección puede ser igualmente eficaz en su función primordial sin la fragancia añadida.

Además, el cambio de productos perfumados a productos sin fragancias puede reducir las emisiones de terpenos en un período de tiempo relativamente corto. Por ejemplo, cambiar de productos para lavar la ropa perfumados a productos sin fragancias puede reducir las concentraciones de sustancias químicas de fragancias (a saber, el limoneno) emitidas por la ventilación de las secadoras hasta en un 99 % en 4 semanas (Goodman et al. 2019b). Si bien el término ‘productos sin fragancias’ no pretende implicar que sean productos libres de emisiones, ofrecen una opción funcional sin los compuestos de las fragancias.

Por añadidura, retirar o suspender el uso de productos con fragancias puede reducir también las emisiones y exposiciones. Por ejemplo, retirar o apagar los ambientadores de un cuarto de baño puede reducir las concentraciones de sustancias químicas de fragancias en ambientes interiores hasta en un 96 % en dos semanas (Goodman et al., 2019a).

Debido a que las moléculas de las fragancias pueden adherirse a las superficies durante el uso del producto y volver a emitirse más tarde, incluso sin estar el producto en uso, la reducción puede no ser del 100 % de inmediato, pero las concentraciones de compuestos de fragancias pueden disminuir con el tiempo.

Por otra parte, el hecho de que los productos perfumados puedan constituir una barrera para la participación en la sociedad puede estar bajo los auspicios de la legislación sobre discapacidad. El cambio a un producto sin fragancias, la retirada del producto perfumado, o una modificación en las instalaciones o en los procedimientos para mitigar la exposición a las fragancias, por ejemplo, podrían considerarse formas de adaptación razonable. Con este fin, se han implementado prácticas y políticas libres de fragancias en todos los países para dar cabida a las personas sensibles y vulnerables, así como para reducir potenciales riesgos para la salud y crear un ambiente interior más saludable para todos (Steinemann, 2019a).


PREFERENCIAS POR POLÍTICAS Y ENTORNOS SIN FRAGANCIAS

Las encuestas de población representativas a nivel nacional, realizadas en los cuatro países (EE. UU., Australia, Reino Unido y Suecia), hallaron que hay más personas, al menos el doble, que prefieren entornos sin fragancias a entornos perfumados, por ejemplo, en lugares de trabajo, centros y profesionales sanitarios, hoteles y aviones. Entre las subpoblaciones vulnerables, las preferencias por los entornos sin fragancias son incluso más altas. Curiosamente, incluso entre las personas que no manifiestan sensibilidad a las fragancias, la mayoría de estas personas no sensibles a las fragancias preferirían, sin embargo, entornos sin fragancias.

Estos hallazgos […] (Steinemann 2018a, b, 2019a, b) se yuxtaponen con las tendencias a poner aire perfumado en ambientes interiores, incluso con riesgo potencial para las personas que pueden experimentar efectos graves en la salud por la exposición.

[…]


INFORMACIÓN DE LA AUTORA

Autores y afiliaciones

Anne Steinemann
Department of Infrastructure Engineering, Melbourne School of Engineering, The University of Melbourne, Parkville, Victoria, 3010, Australia
College of Science and Engineering, James Cook University, Townsville, Queensland, 4814, Australia

[…]”

Fuente: Steinemann, A. The fragranced products phenomenon: air quality and health, science and policy. Air Qual Atmos Health 14, 235–243 (2021).


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