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02 septiembre 2017

¿QUÉ ES LA SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE? Tríptico (autora: María José Moya, revisión científica: Dr. Fernández-Solà. Ed. act. 2017, corr. 2019)


Tríptico (anverso)


SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE -SQM-
(definición, etiología -causas-, mecanismo de inicio, alteraciones, mecanismo de acción, síntomas, agentes desencadenantes, comorbilidades, especialistas médicos, diagnóstico, tratamiento, diagnóstico diferencial, características sintomatológicas, bibliografía, documentación)


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Autora
María José Moya Villén
Documentalista, afectada grave, responsable del Servicio de Información sobre Sensibilidad Química y Salud Ambiental (SISS)

Revisión científica
Dr. Joaquim Fernández-Solà
Coordinador de la Unidad de Fatiga Crónica del Hospital Clínic de Barcelona, profesor de la Universidad de Barcelona, experto en SQM-SFC-FM-EHS

¿QUÉ ES LA SQM?

Un síndrome ambiental causado por las sustancias sintéticas tóxicas cotidianas en las que el planeta vive inmerso. Provoca multitud de síntomas en diferentes sistemas corporales y su naturaleza es crónica, limitante y orgánica.

¿QUÉ DESENCADENA LA SQM?-1-

La exposición a una o varias sustancias tóxicas en una dosis única alta (ej. la fumigación de nuestro puesto de trabajo), en varias dosis menores (ej. el trabajo en entornos especialmente químicos como peluquerías, empresas de pintura, de limpieza, etc.) o en una dosis baja pero continua (ej. a través de la comida, el agua, el aire, el aseo, la ropa, la colocación de amalgamas dentales…). Su ámbito es sobre todo laboral o doméstico (ej. un accidente casero).

¿CUÁNDO SE ENFERMA DE SQM?

Cuando el cuerpo se sensibiliza a diversas sustancias sintéticas, y a partir de entonces deja de tolerarlas respondiendo a ellas de forma anormal. El proceso se llama pérdida de tolerancia inducida por tóxicos (TILT) -2-.

¿CÓMO SURGE LA SQM?

En dos fases, tras la exposición del sujeto al desencadenante:
  1. Fase de iniciación: la persona suele presentar, de forma brusca, signos irritantes de mucosas, dermis y/o vías respiratorias -3-. A partir de entonces, su reactividad se amplifica y generaliza a otras sustancias no relacionadas químicamente con las iniciales (spreading); los síntomas aumentan; el olfato se sensibiliza; y aparecen intolerancias medicamentosas, alimentarias, sensitivas (a olores -aún naturales-, sonidos, luz, vibraciones, cambios de temperatura, etc.) y al alcohol, entre otras..
  2. Fase de provocación: la exposición o ingestión de agentes provocadores, aún a dosis mínimas, desencadena a partir de entonces la aparición o agravamiento del cuadro de manifestaciones que conforma la enfermedad.
¿A QUÉ ÓRGANOS AFECTA?

Sobre todo al cerebro, a nivel del sistema límbico y el córtex (sistema nervioso central); pero también pueden verse alterados órganos de otros sistemas como el respiratorio, cardíaco, endocrino, músculo-esquelético, gastrointestinal, dérmico, ginecológico, otorrino…

¿CÓMO ACTÚA LA SQM?

Según diversos estudios -4-, mediante el siguiente proceso:
  1. Acceso de la sustancia al sistema nervioso central, vía tracto olfatorio-sistema límbico.
  2. Excitabilidad de las neuronas límbicas, que aumenta la reactividad, lo que a su vez refuerza la excitabilidad.
  3. Cambios en la actividad de las neuronas límbicas y de la estimulación cortical.
  4. Alteración de un amplio espectro de conductas y desregulación de funciones fisiológicas.
  5. Producción de síntomas persistentes de tipo orgánico (NO psicosomático), cognitivo y afectivo.
En conclusión, el cuerpo va llenándose, de forma rápida o progresiva, de una carga tóxica que cuando rebasa el límite de su tolerancia hace surgir la SQM. Tras ello, el proceso se profundiza y cronifica.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRESENTA?

Son variables en tipo y cantidad, según la persona -5-, pero siempre se ve afectado el sistema nervioso central.

AGENTES DESENCADENANTES

Son muchos, sobre todo los que presentan “olor” (fragancias).

Colonias, productos de limpieza, de aseo personal, cosmética, detergentes, suavizantes, papel impreso, agua del grifo, humo de tabaco, derivados del petróleo, telas sintéticas, material de construcción, pinturas, ambientadores, lugares no ventilados, rotuladores, óleos, disolventes, plaguicidas, artículos nuevos (muebles, coches etc.), moho, antipolillas, polvo, moquetas, sprays, insecticidas…

¿QUÉ COMORBILIDADES TIENE? -6-

Son frecuentes la fibromialgia (FM), el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica (SFC-EM) y la electrosensibilidad (EHS), todos ellos síndromes de hipersensibilidad central. También el síndrome seco de mucosas y otros.

Además pueden existir alteraciones del ánimo secundarios a la SQM (por ej. una depresión reactiva) por la incertidumbre, incomprensión, aislamiento, disminución drástica en la calidad de vida, cambio brusco de hábitos y sufrimiento que la afección produce como cuadro crónico, limitante y poco conocido que es.

¿QUIÉN DIAGNÓSTICA LA SQM?

Por su naturaleza, médicos internistas, neurólogos y toxicólogos, aunque dado que la Medicina no la ha englobado de momento en una especialidad, puede hacerlo cualquier profesional que conozca la enfermedad.

¿CÓMO SE DIAGNÓSTICA LA SQM?

El diagnóstico es clínico y se basa en los siguientes parámetros:
  • Anamnesis: interrogatorio experto y minucioso para detectar síntomas y signos, contexto químico de inicio (laboral o personal), evolución, entorno químico actual y cumplimiento de Criterios de Consenso (1999).
    Es fundamental escuchar atentamente el relato del paciente a través de la Historia Clínica dirigida.
    Herramienta de apoyo de interés: el Cuestionario QEESI (Miller). Con él se cuantifican cuatro grados de afectación. Se recomienda llevar hecho a la cita.
  • Exploración física y observación de signos, si los hubiera en el momento (eritema, ronquera, trastornos del habla, de atención, tripa hinchada, fonofobia…). Serán útiles las fotos que el paciente aporte con signos identificables de su persona.
  • Pruebas complementarias (in situ o externas): a criterio del experto y de los especialistas de soporte, tanto para corroborar signos de SQM (ej. alteraciones en el sistema nervioso central) como para establecer un diagnóstico diferencial con enfermedades similares (FM, SFC, alergias…) u otras de esfera diferente de la SQM (ej. trastornos psiquiátricos).
Criterios diagnósticos de consenso para la SQM (1999) -7-:
1. Los síntomas son reproducibles.
2. La condición es crónica.
3. Niveles bajos de exposición ocasionan manifestaciones.
4. Los síntomas mejoran o se resuelven al eliminar los incitantes.
5. La respuesta se presenta a múltiples sustancias sin relación química entre ellas.
6. Los síntomas implican múltiples sistemas orgánicos.

¿TIENE TRATAMIENTO?

No para curar, sí para mejorar. El consenso médico establece que lo más efectivo para bajar la carga tóxica corporal del afectado es evitar su reexposición a los agentes desencadenantes, aún a dosis mínimas.

Hay cuatro métodos de evitación del riesgo:
  1. Eliminándolo (tanto del aire -con purificadores específicos para SQM- como del entorno -reemplazando los artículos convencionales por ecológicos sin olor, o que el sujeto tolere-).
  2. Aislándolo (en envases herméticos o lugares aparte).
  3. (colocándose una mascarilla de carbón activo cuando sea necesario, sellando puertas y ventanas con cinta de aluminio u otra protección, etc.).
  4. Alejándose de él (evitando personas con fragancias, fumadoras o que beban alcohol; y ambientes cerrados -especialmente perfumerías y lugares sin ventilación, con ambientador, higienizados recientemente con productos de limpieza agresivos, o recién fumigados. Como tiendas, bares, piscinas cubiertas, baños públicos, cines, taxis, hospitales…-).
La aplicación de los dos primeros puntos al hogar, o a zonas de actividad laboral, se denomina “control ambiental”.

En ese control ambiental se debe tener en cuenta la electrosensibilidad que suele asociarse a la SQM. Por ello, es aconsejable que el paciente tenga pocos aparatos eléctricos, los desenchufe tras su uso (lámparas, TV, etc.) y sustituya los que generen contaminación electromagnética (Wi-Fi, móviles, teléfonos inalámbricos, fluorescentes...). Especialmente el dormitorio lo mantendrá libre de ondas, sobre todo cerca de la cabeza (el despertador: a pilas).

Además, si las intolerancias de la SQM y las posibilidades del paciente lo permiten, deberá tratar sus comorbilidades y síntomas. Asimismo, deberá intentar bajar su carga tóxica por medios naturales que complementen la evitación (educación ambiental, suplementos nutricionales sin excipientes ni conservantes, ejercicio físico suave, saunas desintoxicantes…).

¿QUÉ NO ES LA SQM?

NO es una alergia: las alergias actúan sobre el sistema inmunológico; la SQM sobre el sistema nervioso central sobre todo, y otros sistemas (incluido el inmune).

NO es una sensibilización a un producto: la sensibilización
atañe a una o a unas pocas sustancias específicas, produce un síntoma concreto (ej. el humo de tabaco: migraña; y la lejía: tos repetitiva o irritación faringea), y no interfiere de forma generalizada en la vida diaria de la persona. En cambio en SQM no se toleran gran cantidad de químicos, es multisintomática, y limita grave y continuamente.

NO es una intoxicación: las intoxicaciones se reflejan en las analíticas, la SQM no.

NO es una enfermedad mental: es frecuente confundir los síntomas de la SQM con una somatización u otras enfermedades psiquiátricas.

NO es una enfermedad rara: es una enfermedad ambiental emergente. Los datos varían según los estudios, y a ello se añade la falta de profesionales que sepan reconocerla, pero se estima que el 15 % de la población mostraría algún tipo de sensibilización en algún momento de su vida, y entre un 0,5 %-1 % diversos grados de SQM.

CARÁCTERÍSTICAS DE LOS SÍNTOMAS

Su inicio puede ser brusco, progresivo o posterior a la exposición (tras minutos, horas o días de esta); su intensidad leve, moderada o intensa; y su cese o mejoría rápida (en minutos), media (horas) o tardía (días/semanas). Estos factores dependen de la carga tóxica que tenga el paciente en ese momento, su sensibilidad al agente, etc.

BIBLIOGRAFÍA DE INTERÉS

Libros y artículos
-Fernández-Solà J, Nogué S (2007). Sensibilidad química y ambiental múltiple. En: Jano. 1662:27-30 [nota: con cuestionario QEESI resumido].
-García F, Cuscó AM (2006). Intolerancia química múltiple. En: Abriendo camino: principios básicos de fibromialgia, fatiga crónica e intolerancia química múltiple. P. 233-69.
-Ortega Pérez A (2005). Sensibilidad a múltiples compuestos: una enfermedad comúnmente inadvertida. En: Med Clin (Barc) 125:257–62.
-Prada C (2009) SQM, el riesgo tóxico diario.

Enlaces
-Medicación (pdf):

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NOTAS A PIE DE PÁGINA
-1- Cullen definió la SQM por primera vez en 1987, como “un trastorno adquirido caracterizado por síntomas recurrentes, referibles a múltiples sistemas orgánicos, que ocurre en respuesta a la exposición demostrable a múltiples compuestos químicamente no relacionados, en dosis muy por debajo de las que se han establecido como causantes de efectos perjudiciales en la población general”. El término que eligió para nombrarlo fue “Multiple Chemical Sensitivities” (MCS).

-2- Miller CS (2001) Toxicant-induced loss of tolerance. Addiction 96(1):115-37.

-3- Rinitis, faringitis, ronquera, afonía, conjuntivitis, sinusitis, tos recurrente, sensación disneica, dermatitis, eritema, prurito…

-4- Arnold P (1999) Síndrome de sensibilidades químicas múltiples y sistema límbico. En: Temas de alergia e inmunología. Buenos Aires: Asociación de Alergia, Asma e Inmunología.

-5- Disfunción cognitiva y del habla, confusión mental, cefaleas, vértigos, mareos, fatiga extrema, dolor muscular generalizado, fotofobia, fonofobia, trastornos respiratorios, irritación de las vías respiratorias, ronquera, arritmias, fasciculaciones, desorientación espacial, tinnitus, tensión muscular, náuseas, sabor metálico en el paladar, sopor fulminante insuperable, problemas digestivos, diarrea súbita, falta de fuerzas repentina, malestar general, presión cerebral, inestabilidad motora, tos recurrente, piernas inquietas en el inicio del sueño, petequias…

-6- Lavergne MR et al. (2010) Deficiencias funcionales en el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia y la hipersensibilidad química múltiple. Can Fam Physician 56(2):e57-e65.

-7- Bartha L. et al. (1999) Multiple chemical sensitivity: a 1999 consensus. Arch. Environ. Health 54:147-49.

1ª ed. act. junio 2017, corr. 2019. Distribución: gratuita. Fotógrafa
portada: Elvira Megías (2010). Imagen: María José Moya. © SISS

ACTUALIZACIÓN (08/03/2020): corrijo dos enlaces rotos del apartado "Enlaces", tras el aviso de una lectora. Uno lleva al cuestionario QEESI, y otro a un test para afectados. El primero es una URL externa, que el propietario de esa web había eliminado; y el segundo una URL interna del SISS.


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