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17 febrero 2016

SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE Y FORMULACIÓN MAGISTRAL: artículo pionero sobre la SQM en el sector farmacéutico. Autor: Luis Marcos. Colaboradora: María José Moya (revista Acofar. 2016)


La formulación magistral se puede adaptar a cada caso

DATOS DEL ARTÍCULO. Autor: Luis Marcos Nogales (farmacéutico, titular de la Farmacia Luis Marcos y miembro de la AEFF) - Colaboración: María José Moya (documentalista, responsable del SISS y afectada grave de SQM) - Edición: Revista Acofar, nº 540 (enero-febr. 2016). Publicación en la web y en la versión impresa (sección Formulación magistral. Págs. 50-51 en papel, págs. 52-53 en pdf) - Observaciones: Primer artículo realizado sobre SQM por y para el sector farmacéutico. La revista Acofar es la decana de las publicaciones profesionales de farmacia y su propietaria es Acofarma, una "entidad que engloba a más de 20.000 oficinas de farmacia, a través de 29 agrupaciones cooperativas", según señalan. Acofarma cuenta además con un importante laboratorio de materias primas para formulación magistral, y una línea propia de productos para parafarmacia a la que acuden casi todas las farmacias en mayor o menor medida.
DATOS DE DIFUSIÓN.  Detallan que "la revista Acofar se envía a TODAS las oficinas de farmacia en España, así como a las administraciones sanitarias, instituciones, facultades, laboratorios, etc.". Esto quiere decir que el artículo ha llegado a un amplio número de organismos y profesionales sanitarios. La tirada de este número ha sido de 20.829 ejemplares.


SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE Y FORMULACIÓN MAGISTRAL

Luis Marcos Nogales.
Farmacéutico y miembro de AEFF

La sensibilidad química múltiple (SQM) es una enfermedad crónica causada por la exposición y posterior sensibilización a sustancias químicas sintéticas hasta llegar a lo que se conoce como “pérdida de tolerancia inducida por tóxicos” (TILT); esta enfermedad afecta, principalmente, al sistema nervioso central.

Aunque esta exposición puede darse en el ámbito doméstico, es más frecuente encontrar casos de SQM en entornos laborales en los que el contacto con este tipo de sustancias es cotidiano (empresas de limpieza, peluquerías, agricultura, jardinería, trabajos en edificios mal ventilados, empresas químicas, etc.) y, aparte de un contacto continuado, la sensibilización puede deberse a una única exposición a cantidades elevadas de una sustancia (por ejemplo una fumigación).

La prevalencia de la enfermedad varía en función del tipo y nivel de la carga tóxica corporal, el sexo y la edad, estimándose entre 0,5% y un 1% de la población, con un claro predominio femenino; y es que la mujer tiene un mayor porcentaje de grasa corporal que el hombre, y es en la grasa donde se acumulan las toxinas.

La SQM presenta comorbilidades como el síndrome de fatiga crónica o la fibromialgia y, una vez el individuo está sensibilizado, bastan unos niveles bajos de exposición para que estos síntomas se manifiesten. Además, una vez que la SQM se inicia, son frecuentes, entre otros, los problemas gastrointestinales, neurosensoriales y otros de carácter químico-ambiental.

Su diagnóstico no es fácil, como tampoco lo es su tratamiento, meramente paliativo, que recomienda, por pura sensatez y en la medida de lo posible, evitar la exposición a las sustancias desencadenantes.

La intolerancia químico-ambiental que provoca esta dolencia hace muy difícil la vida de los enfermos dado que las sustancias desencadenates de la SQM están presentes de forma casi constante en nuestro entorno: desde los productos de limpieza hasta los alimentos, teniendo especial relevancia los productos con perfumes sintéticos. Los medicamentos no son una excepción debido al empleo de excipientes, mayoritariamente de síntesis, en su fabricación.

Dado que la SQM aparece frecuentemente asociada a intolerancias alimentarias, excipientes como la lactosa o el almidón de trigo deben tenerse en cuenta, como también el hecho de la mayor reactividad que los afectados suelen presentar a proporciones que serían normales para otras personas.

La formulación magistral supone una herramienta de primer orden en el tratamiento de los enfermos de SQM que sufran una patología, relacionada o no con la enfermedad, ya que permite administrar medicamentos a medida del enfermo y evitar aquellos excipientes perjudiciales para ellos. También sabemos que la complejidad de la SQM puede llegar a comprometer la actividad de un principio activo o hacer que afecte al tratamiento del paciente. Por seguridad, y para cerciorarnos que el problema es el principio activo en sí y no los excipientes u otros factores, es por lo que resulta mucho más seguro usar medicamentos individualizados, especialmente en los casos de SQM grave.

También la elaboración de productos de higiene y cosméticos libres de perfumes, de ciertos conservantes o de cualquier otro componente perjudicial, tiene mucha importancia a la hora de facilitar el día a día de los enfermos de SQM. Es perfectamente compatible un cosmético de calidad con la ausencia o sustitución de ciertos excipientes: los aceites minerales pueden sustituirse por otros vegetales (preferiblemente ecológicos) y los parabenos por otros conservantes (o reducirlos al mínimo empleando, por ejemplo, envases dosificadores herméticos tipo airless). Así mismo los productos de higiene pueden formularse sin perfumes sintéticos -los cuales pueden sustituirse por esencias naturales- o sin tensioactivos agresivos, como el lauril sulfato sódico.

En general, es recomendable consensuar con el paciente no sólo la composición del producto sino también -según las intolerancias y gravedad de SQM del enfermo- el proceso de elaboración, el material de laboratorio a utilizar y el envasado (cápsulas vegetales, vidrio).

La SQM, que fue reconocida hace años como enfermedad en países como Alemania (2000) o Japón (2009), lo fue en España en 2014. Atrás quedaron los tiempos en que se consideraba una alergia, una intoxicación o incluso una enfermedad mental.

Herramientas como la formulación magistral, que se adapta a cada caso, sin duda supone una mejora en la calidad de vida de los afectados por esta enfermedad, muchas veces carentes de alternativa terapéutica.

Luis Marcos Nogales
Farmacéutico y miembro de AEFF


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12 comentarios:

Jvier Alfaro R dijo...

Excelente articulo. Padezco tambien de SQM en un nivel quizas bajo y es por eso q os sigo. Gracias por publicar estas cosas!

Carmen Lozano dijo...

Muchas gracias María José poco a poco se van dando pasos hacia el buen camino. Un abrazo (sin perfume)

Concha Tormo dijo...

Gracias María José por tu impagable labor, que nos ha abierto las puertas a todos los sufrimos esta compleja patología

Loli Lucendo Pinós dijo...

Encomiable tu labor María José! !!

Patricia De La Vega dijo...

Interesantísimo artículo Mariajo. Pena que, en muchas farmacias, la formulacion magistral,al menos en ambito dermocosmetico se reduce a añadir ppos activos a bases/emulsiones que no están ausentes de esa quimica. Ojala hubiese más farmaceúticos que amasen su profesion como Luis Marcos ...y menos dependientes/dispensadores de quimica convencional.

Unknown dijo...

Estoy muy perdida. Como diferenciar la SQM,teniendo ya FM y SFC .Tengo múltiples alergias a medicamentos y me dan reacción productos de limpieza. Y todo esto como siempre son imaginaciones mias. Estoy muy agobiada.

María José Moya dijo...

PARTE I.- Hola Beatriz, discúlpame por favor por haber tardado en dar paso a tu pregunta para poder responderla, y más aún estando tan preocupada, por lo que cuentas.

Creo que puede aclarar bastante tu duda si explico antes la diferencia que existe entre “sensibilización” y “sensibilidad química múltiple (SQM)”, pues es precisamente la confusión entre estos dos conceptos lo que hace que no se tenga clara la diferencia entre SQM y otro tipo de alteraciones o problemas de salud donde existe reacción a “químicos”:

SENSIBILIZACIÓN:
- La persona reacciona a un producto, o a unos pocos muy determinados (por ej. a la lejía, el amoniaco y/o el humo de tabaco).
- El organismo provoca un “síntoma” concreto (por ej. migrañas).
- El problema no interfiere de forma generalizada en la vida diaria del individuo (porque con alejarse de la fuente puede volver a hacer vida normal).
- Si elimina el producto que le daña de su vida, el organismo puede revertir su sensibilización, con tiempo (sino, la evolución natural del proceso puede derivar en una SQM).
- Puede ocurrir, no sólo como alteración aislada, sino como parte de una dolencia (asma, dermatitis de contacto, etc.), o como parte temporal de un proceso de la vida (por ejemplo, durante un embarazo, un tratamiento como la quimioterapia, etc.).

SQM:
- La persona reacciona a multitud de sustancias y productos, no sólo a “unos pocos”.
- La reacción del organismo es multsintomática y multisistémica (o sea, que aparecen diversos síntomas, y en diferentes sistemas corporales (principalmente el sistema nervioso central, pero también es frecuente que en el gastrointestinal, etc.).
- El problema interfiere de forma generalizada en la vida del individuo (aunque dependiendo del grado de SQM, estas interferencias serán mayores o menores, y de más o menos gravedad).
- La eliminación de las sustancias y productos que dañan a la persona evitarán crisis y mejorarán el cuadro, pero la SQM, una vez que se inicia y se instala, si en los primeros tiempos no se intenta evitar lo que perjudica, el cuadro se instala. Una vez que ocurre, la SQM es crónica. Además, aunque uno consiga no exponerse todo lo que pueda, puede haber sintomatología crónica (aparte de la que aparezca durante las crisis y las exposiciones).

Una vez aclarado esto, comentar que la diferencia entre FM/SFC y SQM, desde el punto de vista que me pides (el de la reacción a los químicos sintéticos), por decirlo de forma breve y lo más clara posible, es que en el primer caso (el de la FM/SFC) lo que puede darse es una “sensibilización” a algunos químicos, pero sin ser SQM.

Sin embargo, como hemos comentado, es importante que la persona con FM/SFC que esté “sensibilizado” evite las exposiciones para que no vayan a más. Hay que tener en cuenta que al tener FM/SFC hay una cierta “predisposición” del organismo a que esa sensibilización derive a una SQM. Por tanto, con tranquilidad pero de forma firme, sí que se deben introducir cambios en la vida de uno para que esta sea lo más saludable posible. En este proceso entra el RETIRAR todo lo que haya en tu casa que pueda estarte afectando (productos de aseo personal, de limpieza, etc,), y, si puedes comer 100 % ecológico, beber agua mineral o filtrada, y duchare con agua filtrada.

Esto son cosas, en todo caso, que aunque no se tuviera una sensibilización, o una SQM, cualquier organismo agradecerá, no lo dudes.

María José Moya dijo...

PARTE II.- Para más información, además de las preguntas que quieras formular si lo consideras de interés, te paso dos enlaces básicos que quizás te ayuden a centrar el tema un poco más:

1. http://www.sensibilidadquimicamultiple.org/2011/03/que-es-la-sensibilidad-quimica-multiple.html

2. http://www.sensibilidadquimicamultiple.org/2006/06/mascarillas-y-recomendaciones-para-sqm.html

De todos modos, aparte de la información que te aporto, sí que te aconsejaría vivamente que acudas a un medico experto en SQM para que pueda establecer un diagnóstico diferencial de tu caso con el fin de que puedas salir de dudas de una forma correcta (o sea, a través de un diagnóstico médico). Se entiende que por Internet no es posible valorar a alguien (incluso, de ser médico, sería algo muy arriesgado y poco ético). Esto es algo que es muy importante que hagas, y mientras tanto, por supuesto, retira lo que te hace daño de tu vivienda y de tu vida, porque en todo caso, por lo que cuentas ya te iría bien ;)

Para cualquier cosa, no dudes en comentarnos.
¡Un abrazo!

Fina Mas Gay dijo...

Gracias por compartir, con ustedes cada dia estoy aprendiendo muchas cosas, es una gran ayuda.

Unknown dijo...

Hola, quería preguntar qué fui víctima de una fumigación hace dos meses y desde unas tres semanas me siento la nariz muy seca y huelo exageradamente los perfumes, en esta última semana tengo dolor de cabeza. El otorrino me ha derivado al neurólogo para resonancia en la cabeza y por ahora ningún síntoma más, alguien me puede decir si es sensibilización o sqm. Muchas gracias.

María José Moya dijo...

PARTE I.- Hola Valentín, comentarte que, ante una fumigación (te haya dejado esta secuelas, o no; y sean de carácter temporal, o no sepas si se harán permanentes), es VITAL que a partir de ahora NO vuelvas a exponerte a ninguna otra fumigación, sean de ámbito personal (en jardinería, en el hogar para "matar" insectos, etc.) o en el profesional (en tu trabajo, en tu edificio de vecinos, en lugares públicos –parques, arbolado, edificios públicos, transportes como trenes y autobuses, etc.-...). Además, estás diciendo que la fumigación a la que fuiste expuesto ya ha alterado tu sistema nervioso (es evidente, por lo que comentas: mucosas secas -porque la fumigación ha "subido" desde la nariz al sistema cerebral-, dolor de cabeza, y la característica hiperosmia de la SQM), por lo que la indicación es OBLIGATORIA para que la situación no vaya a más.

A ello debes sumar hacer una evitación y un control ambiental lo más estricto que puedas. Al menos, durante un tiempo hasta ver tu evolución (comer comida ecológica, beber agua mineral o filtrada, evitar entornos problemáticos en tu salud, hacer los cambios en tu casa necesarios para que sea lo más saludable posible, cambiar los productos de aseo personal por otros inocuos y sin olor, etc.).

Todo esto te lo comento porque señalas que la fumigación ha sido RECIENTE, y por tanto los síntomas que presentas, también. Esto hace que quepa la posibilidad de que puedas revertir la sintomatología, o al menos que no vaya a más. Pero siempre y cuando cojas de manera rápida las riendas de la situación, evitando lo dañino y haciendo cambios en tu vida YA. Ante este tipo de situaciones hay que aceptar cuanto antes que la situación no es ninguna “broma”, y que no es una “neura”. Es real (te diga lo contrario un médico que no conozca la SQM, o tus amigos, familia, etc.). No te dejes “llevar” mientras no haces “nada” por paliar la situación, porque la situación se puede complicar rápidamente, si de pronto te expones a otra fumigación… o sustancia que acabe disparando definitivamente una SQM.

Si en tu casa hay más gente: explícales que, por tu salud y la de ellos, deberán hacer lo mismo que tú, para intentar -como te digo- revertir esa situación de salud en la que comentas que estás desde que se te expuso a esa fumigación.

Que te hagan pruebas está bien, aunque lo deseable es que te las mandar e hiciera un experto en SQM, pues esta dolencia NO se ve confirmada por pruebas de sangre, etc. Su diagnóstico es clínico (mírate el tríptico sobre SQM que hicimos hace unos años, que puedes bajar gratuitamente desde el SISS). En todo caso, las pruebas que te hagan serán útiles para poder descartar (o no) otras cosas. Por ejemplo, que en vez de SQM padezcas un problema toxicológico, a raíz de la fumigación. En todo caso, aún con ese otro diagnóstico posible, la evitación y el control ambiental son para ti fundamentales ahora.

María José Moya dijo...

PARTE II.- Comentarte Valentín, por si te sirve mi testimonio, que en mi caso la SQM se declaró hace ya más de 10 años, tras haber hecho mi empresa la segunda o tercera fumigación de mi puesto de trabajo. No a la “primera”. Sin embargo, durante el tiempo entre fumigación y fumigación yo iba yendo a peor, con síntomas que no entendía, muy desconcertada, y sin saber qué hacer ni a quién acudir. A esa fumigaciones se unía que el entorno laboral era poco saludable debido a la continua contaminación de su aire porque había un garaje al lado de donde yo trabajaba, humedades dentro de la sala, obras, bajantes de los cuartos de baño pasando por donde trabajábamos que olían a diario a los productos de limpieza con los que se limpiaban, alcantarillado pasando justo por debajo del suelo que pisábamos con olores en verano, falta de ventilación por encontrarnos en un "edificio inteligente", etc.

Y no, mi trabajo no estaba ubicado en el “tercer mundo” sino en España, dentro de un organismo principal, y realizando un trabajo muy cualificado (como bibliotecaria). Pero por entonces (y aún ahora) no había cultura social, sindical, etc. para “ver” que los tóxicos y los ambientes problemáticos no son exclusivos de fábricas y similares sitios.

Si en ese momento, alguien me hubiera hablado de la SQM y de que debía EVITAR exponerme más, y que tenía que tomar medidas personales y en mi lugar de trabajo porque yo estaba dando síntomas de que iba encaminada hacia una SQM cada vez más clara, quizás mi SQM hubiera podido revertirse. O al menos no agravarse tanto. Pero como no había ni médicos, ni nadie que entonces supiera qué me pasaba, lo único que hice es seguir exponiéndome de manera pasiva, sin caer en la relación causa-efecto entre lo que me pasaba y los agentes que me lo estaban desencadenando. Al final, cuando le pude poner nombre a lo que me ocurría, y quise "evitar" lo que me hacía daño, ya era tarde: mi SQM se había declarado, asentado y agravado; y yo había tenido que dejar el trabajo donde enfermé (aunque mientras estuve en él sólo conseguí darme cuenta de que "me sentaba mal". No pude caer que lo que me pasaba era por problemas de salud laboral). Esta falta de información me perjudicó a la hora de solicitar la incapacidad. Y luego, tras un tiempo de baja, el INSS, con su habitual “comprensión”, me declaró "apta para trabajar" (ante ello, lo único que pude hacer -porque mi salud no me dio ni para ir un sólo día a trabajar de nuevo- fue llamar a la empresa para dejar a su criterio de qué manera me querían despedir. Los papeles para llevarlo a cabo me los tuvieron que traer ellos a casa, porque ni eso pude). El encierro en mi casa, a partir de entonces, fue obligatorio y extremo...

No quiero que nadie llegue a esto.

Te deseo mucha suerte con este tema, Valentín. Si te apetece, ya nos dirás qué tal vas evolucionando. Ojala que con este aviso que se te da desde aquí, puedas poner remedio y revertir la situación.

Un cordial abrazo,

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